Los ministerios públicos y los fiscales que los componen, se desarrollan en nuestra región de un modo irregular y hasta conflictivo. Es tal vez el ejemplo más vivo del choque de culturas jurídicas, y de la necesidad de avanzar hacia sistemas de justicia democráticos y garantes del estado de derecho, en nuestros países.
Para ello, este detallado trabajo nos brinda una serie de fundamentaciones y herramientas de un gran valor para seguir transitando este difícil proceso. Ello, por cuanto sin dudas, los ministerios públicos y fiscalías, son la pieza clave de un sistema de justicia criminal respetuoso de los derechos humanos, pero a la vez eficiente a la hora de procurar cumplir con su rol en una democracia.