Hasta donde hoy se ha podido establecer, las distintas formas de la cultura mesoamericana desarrollaron y dejaron plasmada en su obra plástica, diversas maneras de escritura a fin de comunicar visualmente sus ideas. En particular, construyeron un vasto universo de imágenes para transmitir, específicamente, su pensamiento metafísico y su propia visión del cosmos. Dicho universo está compuesto por las imágenes de sus divinidades, así como por entidades y objetos en donde la presencia sobrenatural también se manifiesta. A partir de los estudios que desde hace más de dos décadas ha realizado Rubén Bonifaz Nuño en un extenso cuerpo de imágenes y monumentos prehispánicos relacionados con la creación del mundo y resumidos en la imagen de Tláloc, Octavio Quesada encuentra que, complementarios a los motivos identificados por Bonifaz, existen tres signos, compartidos por las diversas formas culturales mesoamericanas, a lo largo de tiempos y espacios. Signos que fueron hallados en imágenes metafísicas de seres humanos, serpientes, aves y felinos, además de en multitud de imágenes y objetos que podrían reflejar distintos aspectos de la cosmovisión.