Se ha repetido hasta la saciedad que el sistema democrático de gobierno resulta ser el más conveniente para toda república que se precie de serlo. Se le denomina: «Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes». Esto suena bien; pero aparte de lo bien que suena, diremos que es muy bienintencionado. En consecuencia, a través de esta novela cargada de un humor extraordinario, el lector podrá establecer, con toda certeza, las bondades del sistema democrático de gobierno y sacar sus propias y alegres conclusiones.