Los catorce cuentos de Polvo exploran las vidas de gente olvidada: los muertos y sus fantasmas, drogadictos, chicas pobres que son secuestradas para convertirlas en prostitutas, agricultores y caminantes indigentes sin anhelos, patojos abandonados en asilos de huérfanos, los miles de guatemaltecos que murieron de covid. En fin, los arrinconados que nunca aparecerán en ningún folleto turístico.
Polvo es un mural como Guerra y paz de Tolstoi, que contiene un universo completo y profundo. Se encuentran cuentos urbanos, cuentos rurales y es precisamente este combinación la que me hace pensar tanto en Los olvidados, la magnífica película de Luis Buñuel y en los cuentos de El llano en llamas de Rulfo, donde los personajes están encarcelados por la pobreza física y mental.
Lo maravilloso de la prosa de Phé-Funchal es que no desperdicia ni una palabra, nunca sobra una descripción: cada cuento, cada grano de arena se convierte en Universo. Estamos en esa parte de Guatemala que es un infierno, donde el único escape son las lúcidas palabras de esta escritora que mastica la amargura de la vida para brindarnos un lenguaje bello y poético, casi celestial. (David Unger)