Pedro de Alvarado fue mano derecha de Hernán Cortés en la conquista de México y despiadado conquistador de Guatemala. Se conoce poco de su intento de inmiscuirse en la conquista del Perú para apoderarse de Quito. Con una gran flota partió de Centroamérica a la costa del actual Ecuador. Desembarcó en la Bahía de Caráquez en febrero de 1534. Con unos quinientos soldados españoles y dos mil indígenas, a través de los Andes, se dirigió a Quito, pero nunca llegó. En un paso a través de las montañas las huestes soportaron fuertes nevadas y bajas temperaturas, que terminaron con la vida de muchos, la mayoría indígenas. Tras remontar los Andes, los sobrevivientes descubrieron que otros españoles, Diego de Almagro y Sebastián de Belalcázar a órdenes de Francisco Pizarro, habían llegado antes. Alvarado vendió su armada a quienes le habían ganado la partida y regresó, humillado y casi en la ruina, a Centroamérica. Muerte en la nieve: Pedro de Alvarado y la conquista de los Andes narra el delirio de un conquistador testarudo, cuya sed de fama y fortuna cobró innumerables vidas.