LA ARQUITECTURA DE LA NUEVA VIDA

La relevancia de La Arquitectura de la Vida Nueva estriba en ser, junto con los artículos periodísticos, una de las pocas ocasiones en que Asturias expresa, de manera más o menos larga, algo que podría parecerse al llamado “pensamiento filosófico”: nada que ver con un sistema de explicación del mundo, sino una serie de ideas en torno a un tema bastante delimitado.

La propuesta central es la convivencia entre cultura maya y cultura española. Tal es la propuesta de Asturias para Guatemala. No se trata de cuestión secundaria, sino de un proyecto esencial para toda la nación guatemalteca. Más aún, la conversión literaria de dicha propuesta se encuentra en Hombres de maíz, en donde indígenas y ladinos viven en mundos contiguos y culturalmente diversos. La operación asturiana consiste en el tratamiento de sus personajes, los cuales son trabajados dentro de su especificidad cultural (indígena o ladina), como tales personajes; es decir, Don Casualidón, el cura español, el señor Nicho Aquino, indígena, o el coronel Chalo Godoy, ladino, se comportan según los cánones de su pertenencia étnica, sin que varíe su condición de seres literarios cuya existencia se debe sobre todo a la verosimilitud, exigencia literaria, sin prestarle homenaje a la veracidad, exigencia científica.

Quizá no sea muy atrevido decir que, pese a los tributos que debió rendir a su contemporaneidad, Asturias logró con la intuición lo que muchos de nosotros hemos apenas comprendido con años de estudio y experiencia.

Dante Liano