Guayacán describe la naturaleza dominante de Petén, en cuya entraña se contraponen el espíritu de aventura y el peligro y los corazones humanos están propensos a la brutalidad. Valentín Ochaeta, el principal protagonista, avanza por caminos, aldeas, ríos e impenetrables bosques y poco a poco va transformándose de agrónomo titulado en el extranjero, a rústico hombre de campo, a quien la peonada le llama simple, pero afectuosamente, 'patrón'. Valentín encarna 'la ambición, la resignación fatal, el ansia de superación, el desesperado impulso de sobrevivencia, la crueldad y la bondad primitiva'- Su amor por Nicté, lo mismo que su tristeza por la pérdida de ella, enriquecen este relato, como la luz solar logra atravesar la maraña y enriquece la selva.