Guayacán es la gran novela de la selva guatemalteca, la selva de Petén, un territorio prácticamente ignoto en los años en que el autor escribió la obra. Más que un libro, una revelación que colocó a Virgilio Rodríguez Macal (1916-1964) como uno de los grandes narradores nacionales del siglo XX. La novela trasciende ampliamente su clasificación dentro del criollismo, para convertirse en el relato de la aventura, física y espiritual, del ser humano frente a lo desconocido. Todas estas páginas, nos dice Rodríguez Macal, se encuentran “impresas profundamente en el ancho libro de la selva, unas con letras azules, como las alas de las grandes mariposas vespertinas, y otras con letras negras, con destellos luciferinos, como los ojos nictálopes de las serpientes”. Es la historia de Valentín, hombre “civilizado” y estudiado en el extranjero, y su tránsito por “la verde oscuridad”, poblada de seres que se convierten en ángeles o demonios, mientras el protagonista lucha contra sí mismo en su afán por transformar una naturaleza indomable.
