“En lugar de escandalizarse por las ideas que los distinguían, el marroquí sunnita, el griego
ortodoxo y el guatemalteco ateo habían tomado como punto de referencia el firmamento, en
cuya relación podían parecer casi iguales”.
Fábula asiática es el relato de un plan que en principio suena poético, pero quizá se
convierta en la posibilidad de resetear el mundo: desatar el caos para empezar de nuevo.