Tribu universal provoca desde el título un tono primigenio y galáctico, una modulación sonora que se nutre de raíces y estrellas, un anhelo de unidad cósmica que conmueve nuestro centro como el íntimo toque de un tambor. Rossana Estrada B., corazón maya, quejío nuevo de antigua gitanilla, eleva su manifiesto planetario desde la poesía, para el despertar del mundo y las corolas de sus vórtices de esta América donde los atardeceres encendidos como sus luminosos volcanes de su Guatemala llaman al tránsito inaplazable de un nuevo tiempo. Así en este poemario, una levedad de espíritu, un modo de comprensión planetaria serpentea en la palabra de esta dulce y valiente guerrera de la tribu, desde las contradicciones humanas que pesan y asfixian el pulso de los días hasta las atmósferas donde del cuerpo le brotan girasoles, mientras el mundo sucumbe entre los horrores de la guerra y la codicia, ante la injusticia de la exclusión y la tiranía de los poderes totalitarios.