EL OCRE, EL ROJO Y EL VERDE

Las infaustas jornadas bajo el sol de la costa, cuyo agobio pesaba sobre las espaldas de los numerosos esclavos de los ingenios; la distendida población africana, desde Escuintla hasta El Salvador, arrastrada de sus pueblos nativos hasta estos, nuevos y americanos; la imaginadas noches desfallecidas de aguardiente y confuso sexo; el ocultamiento y el silencio, la vergüenza y el estigma; todo ello discurre en el fondo de la cultura guatemalteca, como aquellos ríos subterráneos que alimentaron a los cenotes sagrados, a los siguanes, al inframundo. Hay una sangre africana en la sangre de Guatemala y esa sangre se vuelve palabra, música, quizá ritmo. También se vuelve poesía.
Encontramos en los versos de Nora Murillo, Wingston González y Julio Serrano una puerta abierta hacia nuestro pasado olvidado, hacia un futuro de orgullo y reivindicación, hacia un presente puntual de recuperación y plenitud. La suerte o el destino han hecho que, a los tres poetas guatemaltecos, se acordaran dos creadoras dominicanas: Lauristely Peña Polanco y Michelle Ricardo, representantes del movimiento “Anticanon”.
Con ellos hemos creado una selección de textos afrodescendientes, cuyo valor está en la calidad de su poesía y en la fuerza de su voz. Algo hay de revelación, de aurora y de alegría en esta publicación, que se abre a la necesaria esperanza de nuestros días.