Este texto fue publicado originalmente en la revista Magna Terra en el 2001, edición que constituyó un homenaje al escritor guatemalteco Augusto Monterroso al cumplir sus 80 años de vida. Esta nueva edición es un hasta pronto a Tito, quien solía decirle al autor de esta biografía, Carlos López, que cuando muriera le gustaría que le dijeran "difuntito" y estaba seguro que al morir "no se iría al cielo sino al techo". Augusto Monterroso nació en Tegucigalpa, Honduras en 1921, la mayor parte de su vida transcurrió en México donde fallece en 2003. Fue fundador de la Asociación de Artistas y Escritores Jóvenes de Guatemala y de la Revista Acento, miembro de la Generación del 40. Entre las distinciones que recibió están: Premio Xavier Villaurrutia, México; Orden del Águila Azteca, México; Título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala; Premio de Literatura Latinoamericano y del Caribe Juan Rulfo; Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias, Guatemala; Premio Príncipe de Asturias de las Letras, España. Entre sus publicaciones están: Obras completas y otros cuentos, La oveja negra y demás fábulas, Movimiento perpetuo, Lo demás es silencio, La palabra mágica, La letra e, Los buscadores de oro, La vaca, y Pájaros en Hispanoamérica.