Mi propósito no es escribir un tratado de estética literaria. No soy apto para tan compleja tarea. Menos aún es mi propósito exhibirme como un crítico literario a quien un compromiso le importe el predestino de elogiar.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información