PAZ Y BIEN

La Orden de los Frailes Menores (OFM), tuvieron presencia en la Provincia de Xochiltepetl desde los inicios de la época colonial. Fueron los encargados de evangelizar estas tierras. En Samayac, fue fundado el primer convento franciscano de Suchitepéquez en 1542. Con el paso de los años, al erigirse la Provincia Franciscana del Santísimo Nombre de Jesús, el trabajo de los frailes se extendió a otros poblados como: San Francisco Zapotitlán, San Pablo Jocopilas, San Juan Nagualapa, San Antonio Suchitepéquez, San Bartolomé Mazatenango, Los Santos Reyes Cuyotenango, Santiago Zambo, entre otros. Luego de dos siglos, la mayoría de conventos confiados a los franciscanos en esta latitud fueron cedidos en atención a la Real Cédula de Fernando VI que ordenaba la entrega a favor del clero secular. Por tal motivo, durante la persecución de las órdenes religiosas en el periodo liberal, Suchitepéquez no era atendido por franciscanos. La segunda evangelización franciscana en Suchitepéquez, se inició a mediados del siglo XX. Esta vez de manos de la Provincia de San Antonio de Padua de Venecia, qué erigieron una Custodia para Guatemala y El Salvador. Cien frailes franciscanos trabajaron durante esos años en ambos países. Regresando a Suchitepéquez, los misioneros se encargaron no sólo de reconstruir la iglesia espiritual, sino de levantar la iglesia material, en muchos de los casos desde sus cimientos. La obra franciscana en este departamento, tuvo proyección social al implementar: dispensarios, clínicas médicas, escuelas de alfabetización y párvulos. Estos proyectos causaron un impacto positivo no sólo en las comunidades católicas. Samayac, fue la última parroquia franciscana devuelta en el 2007 al clero diocesano. Durante casi cinco décadas los frailes de San Francisco pasaron por estas tierras dando Paz y Bien.