DE CAMPESINO A EMPRESARIO

DE CAMPESINO A EMPRESARIO (Libro en papel)

POR AMOR A LA TIERRA

-15%
Q. 110
Q. 94
IVA incluido
Disponibilidad inmediata
Editorial:
SAQARIK
Materia
Ensayo e historia guatemalteca
ISBN:
978-99939-30-35-8
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La historia de José Antonio Hernández Zenteno podría ser la historia de cualquier otro guatemalteco. Los retos y las desventajas que enfrentó durante su vida son una realidad que la mayoría de la población guatemalteca tiene que afrontar. Sin embargo, la entereza y el ímpetu de su carácter determinan claramente que su historia no es la de cualquier otro. Incluso, pareciera una historia de fantasía si fuera leída desde fuera, dado el contexto guatemalteco de pobreza, de retos políticos, económicos y sociales, principalmente durante los años ochenta, la época más complicada de la guerra civil en Guatemala, en especial, en el área rural del país.

Esta es una historia de resiliencia y de capacidad de cambio. Es una historia sobre ir en contra de la educación recibida cuando esta va en contra de principios morales y del beneficio común.

José Antonio demostró su voluntad de transformación al cambiar las experiencias negativas de su crianza –violencia, machismo, supervivencia del más fuerte– en maneras firmes y disciplinadas, pero amorosas, en su vida y en la crianza de sus hijos, en especial en la formación de sus hijas, quienes escriben este prólogo.

La vida de campesino en Guatemala es una vida de sobrevivencia, una vida señalada por las circunstancias adversas para lograr un sustento, un trabajo digno y un aprendizaje o una educación. En Guatemala, donde la mayoría de las personas subsiste por medio de la agricultura, donde esta, por tradición, suele ser poco tecnificada y depende de factores externos para sobrevivir, muchas veces los campesinos se ven obligados a migrar porque las oportunidades en el país son muy escasas. La vida está llena de obstáculos y de aprendizajes que permiten volver a empezar, porque no queda más que levantarse, a pesar de que las circunstancias estén en contra.

La vida de un empresario es muy similar en el sentido del riesgo, en especial, sin una plataforma y una base económica de herencia o de “apellido”; como lo diría el mismo José Antonio, en Guatemala, donde los círculos sociales son pequeños, esto abre muchas puertas para poder ser exitoso.

Los elementos principales, tanto para la agricultura como para cualquier emprendimiento, son la fe y la convicción. También la paciencia y dedicación que se requieren para realizar las labores una y otra vez hasta lograr lo esperado, sin claudicar, siempre a la búsqueda de mejorar a través de lecciones aprendidas.

Se suele pensar en Guatemala que hay cultivos que quien los siembra, no disfruta de sus frutos debido al tiempo que toma cosecharlos y, por lo tanto, esto representa una actividad desinteresada y de herencia. Las empresas de José Antonio fueron construidas con la visión de que sus hijos vieran los frutos y las enseñanzas tuvieran efecto en generaciones futuras. Además del trabajo de la educación, que es una labor en la agricultura de herencia a largo plazo, en donde el impacto no se ve de inmediato: la sostenibilidad, ecología y salud humana son temas complejos que muchas personas en la actualidad se rehúsan a aceptar por el factor económico y en otros casos, se usan iniciativas superficiales como herramientas mercadológicas. Sin embargo, el cambio real toma tiempo, paciencia y dedicación para dejar un legado real en Guatemala a través de nuestras tierras.

Se dice que el cerebro de un emprendedor funciona diferente que el de una persona normal: el cerebro es un órgano de sobrevivencia y su función es mantenernos a salvo, muchas veces nos protege de riesgos, no obstante, la mente de un emprendedor ve en cada riesgo una oportunidad de hacer algo distinto, en cada obstáculo las probabilidades que otros no han visto y en ellas, la oportunidad de lograr metas que otros consideran imposibles.

El legado de José Antonio no se quedará solo en anécdotas familiares, será un modelo a seguir como persona, tanto en el ámbito personal y familiar como en lo profesional y en la agricultura de nuestra región. Sus ideas “locas” y “poco probables” son ahora procedimientos muy utilizados en las prácticas agrícolas responsables.

Claudia María y Alba José Hernández Molina

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