En este libro, el autor narra a partir de una caracterización de la población K’iche’ de Quetzaltenango de finales del siglo XX, lo que hacen y piensan sobre la enfermedad y la muerte, las premoniciones de la muerte, la despedida, la transición entre la vida y la muerte, la muerte, el velorio, el sepelio así como las diversas conmemoraciones desde el tercer día hasta cumplir un año del fallecimiento. Al referir el carácter ancestral maya de los actos, el autor reflexiona sobre la interpretación y significados que sugieren esos actos, sobre su abundancia, la diferencia entre actos simples y de profundidad. Así, la muerte adquiere el significado de continuidad y no de o destrucción, el retorno de la materia a su estado original y el modelo tridimensional del humano que sugieren los actos profundos del pasado ancestral maya.