COMISIÓN PERMANENTE DE LOS JUEGOS FLORALES
Fue en el siglo XIV cuando la Escuela Literaria Tolosana se nutrió de las justas literarias del Gay Saber. Esta Escuela tuvo marcada influencia en las escuelas líricas de Cataluña y de Castilla, y su carácter académico, su espíritu religioso y grave, le dieron arraigo entre el docto público del mediodía de Francia y de toda la península ibérica.
Es una Provenza, Languedoc y Quitina donde tuvo su origen lo bello representado por la forma poética; Barcelona, la segunda sede de los juegos Florales, estableció los premios tradicionales de esta justa: la Flor Natural para los temas absolutamente libres; la Eglantina de Oro para los de carácter religioso o moral, estableciéndose el título de Maestre del Gay Saber, a la persona que hubiese ganado tres galardones. Aquí se trabajó desde el poema épico hasta el sencillo idílico, y se trataron todos los temas y los géneros literarios.