Aunque esta editorial había publicado ya un clásico de la literatura de Guatemala como Enrique Gómez Carrillo, en realidad, al margen del Popol Vuh, Asturias, Monterroso o Rey Rosa, poco se sabe en España de la literatura de ese país. Como tantas otras, la guatemalteca vivió importantes transformaciones a lo largo del siglo XX, una de las últimas ya en la década de los 70, protagonizada por una generación de escritores, quizá a la búsqueda de otras tradiciones, o para huir del pintoresquismo –el lastre de la literatura latinoamericana, según Carlos Fuentes–, acabaron viviendo en el exilio. Luis Eduardo Rivera fue uno de ellos. Con la poesía como eje central de su trabajo, todavía hoy secreto para demasiados lectores, ha trazado desde México primero, luego desde Francia, una de las obras más relevantes de las últimas décadas, y no sólo del ámbito latinoamericano.
El lector ideal es, hasta el momento, el mejor libro posible para acercarse a ella: en esta antología se revisan casi todos los aspectos de la escritura plural –ensayística, poética, narrativa…– de Rivera, en una singular aproximación a cargo del escritor español Julián Rodríguez (Ceclavín, Cáceres, 1968), autor de, entre otros, el poemario Nevada (Renacimiento, 2000) y los libros de narrativa Lo improbable (Debate, 2001) y La sombra y la penumbra (Debate, 2002).
