En las últimas décadas las élites económicas salvadoreñas registraron cambios importantes que afectaron su tamaño, su composición y su balance de poder interno. Ahora son más heterogéneas, más diversificadas, más diferenciadas en sus intereses económicos y más plurales en sus posiciones y sus apuestas políticas.
El factor político más importante que ha influido en la reconfiguración de las élites económicas ha sido la emergencia y consolidación de la izquierda como una fuerza con capacidad de disputar el poder estatal a través de la competencia electoral y de resistir y combatir desde la oposición las políticas públicas impulsadas por Arena y la derecha empresarial.
Pese a todo el poder y la influencia que las élites económicas detentan y ejercen, no siempre se salen con la suya, es decir, no siempre tienen la capacidad de imponer sus intereses y sus visiones... Su capacidad de incidencia está en función directa de su grado de control del Estado y de la existencia de actores sociales y políticos que les hagan contrapeso.