Nueva edición.
Los guatemaltecos no poseen hoy una verdadera seguridad social. El IGSS, creado en otra época en el que tantas esperanzas se depositaron, no alcanza a proporcionar pensiones dignas ni a brindar una efectiva atención en salud. Su historia es frustrante: a pesar de algunos intentos de administrarlo de la mejor manera, no ha logrado convertirse en el instrumento que Guatemala necesita para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. ¿Por qué ha sucedido esto? ¿Es por los hombres que lo han dirigido o se trata de un fallo más profundo, de lo errada de su misma concepción?