En los pueblos de a de veras viven espantos y abuelas que los chicotean con ramas de arrayán. El cielo de estos pueblos puede tocarse con los dedos y las estrellas se ven tan cerca que pareciera que nos van a caer en la cabeza. Los pueblos de a de veras tienen su iglesia, su marimba y caminos que lamen los pies de los caminantes. Abre este libro y encuentra lo que el poeta Humberto Akabal tiene por contarnos sobre lo que es ¡De puro pueblo!