La conquista de Guatemala fue brutal, prolongada y compleja, cargada de intriga engaño, confusa, desconcertante e intimidante. Y nada definida, No obstante, sigue siendo percibida como una confrontación cuyos intereses eran evidentes y cuyos resultados fueros decisivos, especialmente en favor de los españoles. El objetivo de Atemorizar la tierra es realizar una revaluación critica del drama, la cual requiera que volvamos a examinar los eventos y circunstancias a la luz no solo de nuevos hallazgos sino de una conciencia más profunda de los papeles que jugaron los pueblos indigenas sobre todo los kaqchikeles. Su resistencia, tranformados de alidos en enemigos por las acciones de Pedro de Alvarado (1485-1541) en los primeros meses de la invasión, nunca ha sido suficientemente representada e integrada en la narrativa. Sin embargo, estigmas como la corrupción la impunidad, así como la intimidaión y el rechazo descarado de la ley, sellos distintivos de Guatemala hasta el día de hoy, tienen en Alvarado un fertil progenitor.