A través de los ojos de Dogboy, conoceremos la realidad de los niños de la calle de Honduras, realidad que comparten muchos otros niños abandonados en cualquier parte del mundo. La soledad, la incertidumbre y el riesgo que implica vivir al filo de la sociedad se refleja en esta conmovedora novela. Fiel al estilo de la autora, esta historia no se limita a narrar hechos y anécdotas, sino que también augura un inesperado desenlace que seguramente dibujará una sonrisa en el rostro de los lectores.