Mila, la rebelde amiga de Vida, no confía en nadie, y contrario a los consejos de sus amigas, sigue con su plan, guardándolo en secreto hasta el final. Sin embargo, pronto se dará cuenta que Ramona y Vida tenían
razón: Capuy, su novio, no era malo, era perverso, y tuvo que vivirlo en carne propia para darse cuenta de esa dura y triste realidad.
Así es como la pasión se convierte en venganza, o «justicia», como decía ella.