Sicarios de Estado relata los hechos acontecidos con posterioridad a la fuga de 19 reos de una cárcel de máxima seguridad de Guatemala, ocurrida el 22 de octubre del 2005. Oficial y públicamente, mandos policiales crearon el denominado Plan Gavilán, que tenía como objetivo la búsqueda y recaptura de los delincuentes fugados. En forma paralela y secreta, autoridades gubernamentales dispusieron que los evadidos de mayor peligrosidad no debían regresar con vida al presidio, valiéndose para este efecto de una fuerza de tarea élite del Ministerio de Gobernación. Una vez que los fugados eran capturados, reducidos y asegurados este fuerza de tarea, las ejecutaba, y posteriormente adulteraba la escena del crimen e informaba a la ciudadanía y al Ministerio Público de falsos enfrentamientos armados; ocultando así sus acciones ilegales y criminales.
El libro pone en evidencia y demuestra cómo los autores intelectuales y materiales de estos crímenes se apoyaron incondicionalmente a través del tiempo, llegando varios de ellos a ocupar altos cargos en instituciones públicas.