Un largo aprendizaje de la observación, un interrogatorio infinito de la imagen compuesto por pequeñas escenas cotidianas, narradas con técnicas cinematográficas o teatrales que permiten conocer aquello que es visible, detenerse en cada imagen, en el encuadre, en la visión y la clarividencia; y que tienen la capacidad de hacer foco en las líneas, sospechar entre líneas y ser movidas por la sensibilidad de Gonçalo M. Tavares hacia lo invisible.
Short movies consigue capturar desde momentos de absoluta belleza hasta aquellos más absurdos y los retrata de una forma original, simple y extrema. Logra así, un texto híbrido entre cine y literatura, casi una alucinación: la toma perfecta.
Una mujer y un hombre, los dos completamente desnudos, bailan en el centro de un salón. Vemos los dos cuerpos muy juntos y oímos la música, un tango lento, una música de enamoramiento. De todas formas, nunca vemos las caras, no podemos ver el estado de espíritu de los dos bailarines.