Cuando Hitomi empieza a trabajar en la tienda de segunda mano ("Esto no es un anticuario", remarca su propietario), entra en un mundo muy particular. Allí habitan el señor Nakano, un enigmático hombre con varias exmujeres; Masayo, su hermana, una artista que nunca se ha casado, y Takeo, el otro empleado del establecimiento, un chico joven, tímido pero encantador. Cada día, clientes del vecindario entran y salen del mismo modo que los objetos, cada uno con su historia única, se compran y venden. Así, la historia entre Hitomi y Takeo se mezcla y confunde con muchas otras.
El señor Nakano y las mujeres es una tierna y delicada exploración del misterio que se oculta en lo ordinario. Las líneas que dibuja conforman, a la postre, un mural en el que ningún hilo llega a su final sin entrecruzarse con otro.