La primera impresión que uno obtiene del libro de Ralph Woodward, Jr., es su carácter monumental (que el diccionario sintetiza en algo muy grande o excelente y objeto de utilidad para la historia). Pero no nos atrae por su grosor, sino porque al leerlo se comprueba la erudición, la paciente labor de archivo y lo meticuloso de la reconstrucción histórica. Señal de seriedad de un conocedor como Woodward, Jr. Al mismo tiempo esa monumentalidad nos hace deducir su interés por llenar un vació que la historiografía liberal, hoy dominante como sentido común, impuso al demonizar el llamado “Periodo conservador”.
Este tipo de omisiones históricas han sido comunes para una historiografía que se auto-representa fundadora de la sociedad contemporánea guatemalteca. Sin embargo, para construirse tuvo que aceptar a regañadientes el legado simbólico del patriotismo criollo respaldado en otro momento fundador: la “Conquista” y el orgullo hispánico. En efecto, la visión liberal del pasado se construyo dando poca atención al pasado mesoamericano e invisibilizando su proyección social en el presente. Una obviedad acorde con quienes minorizan a la sociedad indígena y les enfada insertarla en el relato “nacional”. Por otro lado, la “Independencia”, otro momento constituyente, también seria problema para la historiografía liberal, pues al resaltar la temprana trayectoria liberal pronto tuvo que enfrentar el dilema de su carácter inconcluso, debido a la “interrupción” de la continuidad colonial, simbolizado por el período conservador. Así la historia guatemalteca se relata ejecutando grandes saltos temporales en pro de considerar al período liberal como el cemento de la historia nacional.
No obstante, Woodward, Jr. Ataja ese embrollado período post-independiente y nos ayuda a colmar su vació histórico. Su figura narrativa gira alrededor de Rafael Carrera pero, al mismo tiempo que se analiza al personaje y su excepcionalidad histórica, lo sitúa en la historia paralela sobre la consolidación del espacio estatal y nacional, simbolizado en la creación de la República, la que hoy da el soporte material a la historia nacional. Un relato enfocado en la historia política, que se alimenta de las perspectivas económicas, sociales, étnicas y culturales, añadiendo monumentalidad a la obra.
Luis Pedro Taracena Arriola
