Mucho antes de que el feminismo se convirtiese en un movimiento social significativo, con un bagaje filosófico, objetivos nítidos y reconocimiento mediático, las ideas sobre la necesidad de mejorar la vida y las condiciones educativas y de trabajo de las mujeres tuvieron que enfrentarse a su propia travesía por el desierto. Negado por la sociedad, sin excesivos apoyos entre sus colegas varones y denostado por muchas mujeres que lo consideraban en exceso subversivo, el pensamiento feminista (que no siempre se reconocía como tal) afiló sus armas durante varios siglos, aliado con otros movimientos intelectuales: la Ilustración, la Revolución francesa, la abolición de la esclavitud o el socialismo.
Del temprano discurso sobre el talento de las mujeres de Josefa Amar y Borbón hasta los artículos de denuncia de Virginia Bolten, pasando por las reivindicaciones visionarias de Mary Wollstonecraft, las declaraciones de los derechos de la mujer y de Seneca Falls, la fuerza moral de los discursos improvisados por la afroamericana Sojourner Truth, la lucha de Susan B. Anthony en favor del sufragio femenino y el testimonio que nos brinda Elizabeth Cady Stanton de ochenta años de lucha, este libro puede leerse como una caja de herramientas que recoge los primeros proyectos y las armas intelectuales del feminismo futuro. Pero también como un recorrido por las fuentes de las que bebe una corriente de ideas y de lucha por la emancipación que ha inundado y transformado nuestro presente.