Para fortuna de la pintura mexicana, Cardoza y Aragón puso a su servicio sus palabras siempre inteligentes y apasionadas. Sus libros sobre pintura son un viaje a través del tiempo, de los espacios y de la luz. El trayecto da principio con una definición de los ojos con que el poeta ve la pintura: “Aborrezco de los críticos de arte”. En este libro arroja luz sobre pintores tan disímiles como Toledo, Kahlo, Tamayo, Mérida, Gerzso, Rojo, Cuevas, Soriano, Carrington, entre otros, y examina la Escuela Mexicana y el muralismo con una lucidez y una justicia inéditas.