El movimiento indígena en Guatemala, el cual alcanzó su protagonismo a la luz de los Acuerdos de Paz de 1996, ha sido uno de los más importantes de los llamados nuevos movimientos sociales en Latinoamerica. Su objetivo es mucho más radical de lo que se piensa: no busca tanto autonomía dentro de la estructura existente del Estado-nación, sino más bien propone redefinir la naturaleza de ese Estado-nación desde una posición subalternatidad. En ese sentido, intenta universalizar su diferencia.
El estudio multifacético de Emilio del Valle Escalante, concebido como una respuesta a La articulacion de las diferencias 1999 de Mario Roberto Morales, y profundamente informado por los estudios subalternos y postcoloniales, es a la vez una lúcida y polémica introducción a un aspecto de los movimientos indígenas que no ha alcanzado atención suficiente en previos estudios y debates periodísticos sobre el tema: sus articulaciones discursivas, las nuevas maneras en que ha desarrollado nuevas imágenes de valor, la historia, la comunidad, la identidad cultural y la nación misma.
En un momento en que las Américas parecen estar despertando de una larga noche de restauración conservadora, el libro de del Vallle Escalante debería ser una lectura obligatoria para cualquier persona interesada en el futuro de Guatemala y los pueblos de este continente.