Friedrich Nietzsche, sin duda uno de los pensadores contemporáneos más importantes, esperaba la llegada de un nuevo género de filósofos con gustos e inclinaciones que difirieran y se opusiesen a los tenidos hasta ahora: filósofos del peligroso «quizá». El propio Nietzsche se consideraba uno de estos «nuevos» y «peligrosos» filósofos. Filósofos en busca de una verdad necesaria e imprescindible para el devenir humano, pues vivimos sumidos en una ceguera colectiva por pura ignorancia, por el dogmatismo de una filosofía tradicional que en lugar de liberar luz en nuestros días, ha impuesto un basto manto de negra oscuridad. El más grande será quien pueda ser el más solitario, oculto y divergente, el hombre más allá del bien y del mal, el señor de sus virtudes, el voluntarioso; aquel que llegue ser tan variado como entero, tan amplio como pleno... Pero, ¿es hoy posible toda esa grandeza?