Los Ingenieros Militares es un esfuerzo de investigación histórica, que nace de la observación
a lo largo del tiempo de la entrega de estos hombres y mujeres que se enrolan en las unidades
que tienen como distintivo el sombrero negro, que los compromete a dar lo mejor de sí para el
bien de la Patria, asumir con responsabilidad, valor y energía los desafíos de su especialidad en
tiempos de crisis, conflicto, emergencias y, por supuesto, en los de la Paz.
Son ellos los llamados a lanzar puentes para lograr la comunicación permanente y sólida entre
pueblos, y los responsables de la construcción de las medidas mínimas necesarias de
supervivencia de nuestras tropas en su despliegue, en el territorio nacional como en otras
latitudes. Estos soldados especiales son la respuesta in- mediata en los momentos críticos de
una emergencia. Sus habilidades y destrezas les permiten solventar los problemas gracias a su
entrenamiento en lo individual y el adiestramiento como unidad especializada.
Luego de sumergirme en el pasado de nuestra nación, y teniendo como parámetro la óptica de
los ingenieros militares, puedo afirmar con suficientes evidencias que el desarrollo
guatemalteco aun antes de la llegada de los europeos, a lo que hoy es el territorio patrio,
descansa en la planificación, trabajo de preparación del terreno, viabilidad y construcciones
permanentes que muestran la grandeza de su visión y la solidez de su formación en todos los
tiempos.
La búsqueda de información para esta investigación me llevó por caminos inciertos del pasado
de los guatemaltecos, a confrontar el desconocimiento de eventos ocultos por múltiples
razones. Pero lo interesante y trascendente es rescatar las voces ahogadas en el olvido y
reconocer a quienes nos antecedieron en el diario vivir, en esta tierra morena, con su trabajo
en condiciones inimaginables, con lo mínimo para realizar las tareas diarias, abriendo y
trazando brecha en los linderos de la patria; fue así como sentaron las bases de la Guatemala
actual.
¿Cómo no estar orgullosos de estos soldados?, que juran servir a la nación en los días
prósperos y adversos; comprometidos en cuerpo y alma a trabajar bajo cualquier condición en
beneficio de los guatemaltecos sin excepción alguna. Los puentes y fortalezas están en pie; los
caminos, en uso, lo cual es garantía de la eficiencia de los ingenieros militares a través de la
historia.
En fin, el viaje al pasado de las unidades de zapadores ¡es espectacular!, me permitió conocer
a guatemaltecos de ayer que se entregaron de todo corazón a Guatemala ¡cómo debe ser!, sin
reservas, con mucha creatividad e iniciativa para sortear los obstáculos cotidianos de su misión
y familiares que depositaron su confianza y recuerdos en el suscrito. También encontré
callejones sin salida y puertas selladas; a otros los visité en sus tumbas, para agradecerles su
trabajo y asegurarles que su nombre trascenderá a otras generaciones para orgullo y prestigio
de la Institución Armada, de sus familias y, sin duda alguna, de Guatemala.
En once capítulos se compila el pasado de la Ingeniería Militar partiendo del Período Clásico
Tardío de los Mayas hasta el 23 de diciembre de 2014, fecha en que se aborda al XXXIX
Aniversario del Cuerpo de Ingenieros Militares y 125 años de su existencia en la organización
del Ejército de Guatemala. Es un recorrido por nuestra historia política militar y las
construcciones defensivas y de desarrollo que dan fe de su eficiencia y eficacia.