Elisabeth Kübler-Ross supo desde muy joven que su misión era la de aliviar el sufrimiento humano y ese compromiso la llevó al cuidado de enfermos terminales. Mucho fue lo que aprendió de esta experiencia: vio que los niños dejaban este mundo confiados y serenos; observo que algunos adultos partían, después de superar la negación y el miedo, sintiéndose liberados, mientras que otros se aferraban a la vida sólo porque aún les quedaba una tarea que concluir, pero todos hallaban consuelo en la expresión de sus sentimientos y en el amor incondicional de quien les prestaba oído. A Elisabeth no le quedaron dudas: morir es tan natural como nacer y crecer, pero el materialismo de nuestra cultura ha convencido este último acto de desarrollo en algo aterrador. Ahora sintiéndose cercana a su propia muerte tras sesenta y dos años de vida dura e intensa, la autora ha decidido escribir estas memorias para recordar junto a los lectores los pasos importantes que han marcado su trayectoria personal y profesional, desde su infancia en Suiza hasta las cátedras de las mejores universidades americanas. El magnifico resultado de este esfuerzo es La rueda de la vida, un libro tan singular como la misma Elisabeth Kübler-Ross, una mujer que no cree en los fantasmas de la muerte y si en el poder de un amor incondicional capaz de guiarnos cuando abandonemos la tierra en busca del hogar definitivo: un remanso de paz y de luz.