Hay quienes observan la vida y a las demás personas como si estuviesen sentados sobre la rama de un árbol y por debajo de ellos caminara todo el mundo. Pero ¿se puede conocer así a la gente? Una gran ola arrasa el pueblo habitado por personajes singulares como el señor Mondragón, la señorita Pivote, la señora Bucle, el Señor K y cierto tipo sin gracia. Aunque siempre es posible perder nuestras posesiones materiales, existen cosas más importantes, mucho más que los lugares: las personas que los hacen interesantes y gracias a las cuales siempre habrá esperanza.