A lo largo de la historia, uno de los anhelos más grandes de la humanidad ha sido la paz, un ideal buscado por todas las civilizaciones. No una paz entendida únicamente como el silencio de las armas, sino también como la coexistencia armónica, construida desde el respeto, la dignidad y la tolerancia. Un símbolo de este dese o y de esta búsqueda es Rigoberta Menchú, digna descendiente y representante de una de las culturas más espirituales y que más han trascendido en la historia. Sus reflexiones sobre este tema, reunidas en el presente libro, destacan la imperiosa necesidad de alcanzar una paz duradera, cimentada sobre todo en la educación, una educación incluyente, participativa y multicultural. Se trata de un aporte más de esta mujer indígena y premio Nobel a un mundo cada vez más necesitado de iniciativas que pongan el bien común por encima de los intereses particulares de los grandes poderes.