Es una de esas obras universales, tan escasas en número, que han trascendido disciplinas, géneros, fronteras e idiomas, y que han llegado a formar parte de eso que se llama confusamente cultura general. Su profunda influencia en el ámbito cultural europeo, indica que una investigación de su impacto en las distintas naciones de nuestro continente, tiene que convertirse necesariamente en una historia de la cultura europea del siglo XX. Con esta obra Nietzsche abandonó el proyecto de una Nueva Ilustración y apostó por una superación del nihilismo con la ayuda de tres conceptos fundamentales: la voluntad de poder, el superhombre y el eterno retorno. Para expresar esta superación Nietzsche experimentó con una nueva forma que consistía en una dramatización de de la filosofía.