Guatemala es un país incompleto, buscando siempre fundar su dignidad. Hace más de 60 años se gestó la tentativa más potente para que este país fuera, efectivamente, un país.
Jacobo Árbenz fue una figura central de esa gesta, y continúa siéndolo dentro del imaginario de esa Guatemala que aún soñamos.
Como un intento de celebrar su memoria, queremos acercarnos a su palabra, esa palabra capaz de atravesar las décadas para invitarnos a retomar el camino.
En el año de su centenario, Árbenz habla otra vez...