En una historia amarrada a un barrilete, Pía Cox, abuela de 65 años de edad, transmite a su nieto Xep del caserío Pa Nimasaq una enseñanza de vida: es grande el dolor de perder a un ser querido, pero debemos tomar el amor y el cariño de nuestros familiares como aliento para continuar disfrutando de las bondades de la vida.
Esta historia nos muestra la espiritualidad de la cosmovisión maya a través de sus ceremonias, de significado sagrado en la cultura. Además, retoma la tradición oral de los abuelos que ha trascendido por generaciones.