Con este libro, escuchamos a Maquiavelo, como todosálos demás antes que nosotros, en el futuro. Desde su muerteáen 1527, nunca hemos dejado de leerlo y siempre se separaádel letargo. Pero ¿qué sabemos de este hombre, excepto elánombre inventado por sus críticos para designar esa angustiaácolectiva, ese mal político, el maquiavelismo? Aquí se traza un itinerario claro de cómo, poco a poco,áel autor florentino agudiza su estilo. En él, todo es bueno,ásiempre que uno pueda ejercer el arte de la palabra correcta, ´laáverdad real de la cosa´: ´El amor es preferible, pero la fuerza,áa veces, inevitable´. La suerte de Maquiavelo siempre ha sidoádecepcionada por los estadistas que encontró en su camino.áPor eso tuvo que escribir El príncipe. Si el libro intenta disociarála acción política de la moral común, aún queda la cuestión deásaber, no por qué, sino para quién escribe Maquiavelo. ¿Paraálos príncipes, o para aquellos que quieren resistirse a ellos? ¿Yáqué es el arte de gobernar? ¿Es tomar el poder, o conservarlo?á¿Qué es la gente? ¿Puede gobernarse a sí misma? Las buenasáleyes ¿nacen de legisladores virtuosos? ¿Puede el fin justificarálos medios?á En Un verano con Maquiavelo, libro surgido de una serieáde transmisiones hechas durante el verano de 2016 en FranceáInter, Patrick Boucheron nos ilumina este despertadoráinclasificable, visionario y ardiente como un sol de verano enála tierra toscana.