Los seguidores de las aventuras de Tintín tuvieron que esperar ocho años después de Vuelo 714 para Sydney, para poder leer Tintín y los Pícaros, que comenzó a aparecer en el año 1976. Hergé ahora solo trabajaba por placer, y no tenía ninguna prisa. La idea tardó en tomar forma. Tenía claro el entorno: América del Sur. Para la historia se inspiró un poco en el asunto de Regis Debré y los Tupamaros. Pero estos sucesos no son más que el cuadro de la aventura. Volvemos a ir a la imaginaria república de San Teodoros, (ver La oreja rota), donde dos generales aspirantes a dictador se hacen una guerra continua para alcanzar el poder. Reencontramos al inefable general Alcazar (ver La oreja rota, Las siete bolas de cristal), al coronel Sponsz (El asunto Tornasol), ahora bajo el nombre de Esponja, que ha sido enviado por Borduria para respaldar al general Tapioca, y al explorador Ridgewell (ver La oreja rota). Serafín Latón también anda por ahí con su apabullante personalidad, presidiendo al grupo de los alegres Turulones, y también encontramos a la “encantadora” esposa de Tapioca: la terrible Peggy.
Llama la atención en este álbum el que Tintín va con tejanos, conduce una moto llevando un casco con el signo de la paz y hace yoga.