El presente trabajo aborda la vinculación de dos fenómenos de creciente vigencia en el último siglo: el incremento del poder de los gobiernos sobre los derechos individuales, en especial los de propiedad, y la preocupación de la comunidad internacional por las violaciones generalizadas a los derechos, que ha llevado al desarrollo del derecho penal internacional y la creación de la Corte Penal Internacional.