"Hay otra sensación que constituye un gran consuelo en la pobreza. Creo que cualquiera
que haya pasado apuros económicos la habrá experimentado. Es una sensación de alivio,
casi placentera, al saber que por fin estás sin blanca. Has hablado tantas veces de la
posibilidad de acabar en el arroyo... y resulta que ya estás en él y puedes soportarlo. Eso te
quita muchas preocupaciones.