Hachi (ocho) era un perro de raza Akita, una de las más populares de Japón, que vivía con Hidesaburo Ueno, profesor de Ingeniería Agrónoma de la Universidad de Tokio. Todas las mañanas, el fiel Hachi acompañaba al profesor a la estación de Shibuya y regresaba, cada tarde, para recibirlo; hasta que un día, Ueno sufrió una hemorragia cerebral mientras impartía clase y falleció. Al comprobar que su amigo no regresaba, el perro se quedó a vivir frente a la estación. La gente, conmovida por su devoción, comenzó a alimentarlo y lo apodó Hachiko (el leal Hachi).