El prozac de Séneca inspirará a los lectores y cultivará la sabiduría que reside en su interior para afrontar con aceptación las adversidades de la vida.
Un libro que pretende aliviar el sufrimiento al estilo de El arte de no amargarse la vida, de Rafael Santandreu, y La inutilidad del sufrimiento, de María Jesús Alave.
Nunca antes habíamos sido tan ricos materialmente y tan pobres espiritualmente. Una prueba de ello es el creciente consumo de fármacos como el Prozac, que se han convertido en inseparables compañeros de viaje para millones de personas. Incluso hay quien siente angustia ante la idea de no tenerlos a mano, sin darse cuenta de que, en lugar de erradicar el sufrimiento, se conforma con aliviar los síntomas.
Pero también hay quienes creen que medicarse no es la solución. Ellos desean comprender las causas de su malestar, trabajarlas y neutralizarlas para no sufrir más. A ellos se dirige El Prozac de Séneca, cuyas páginas promueven el estoicismo y proporcionan la dosis de sabiduría necesaria para aprender a ser felices. Clay Newman defiende que valores como la humildad, el autoconocimiento, la aceptación, la compasión y la confianza, entre otros, son inherentes a la condición humana. No obstante, es necesario conocerlos y activarlos para que sean efectivos.