Muchos de nosotros hemos dejado que nuestras mentes lleguen a condicionarse pensando que hemos llegado a nuestros límites, que hemos cometido demasiados errores, y que nunca haremos nada grandioso. ¿Qué ha sucedido? En lugar de seguir adelante, nos adaptamos a nuestro entorno. En vez de sobrepasar nuestros límites, permitimos que una mala racha, o la manera como fuimos criados, viviendo inseguros, o lo que alguien hizo o no hizo, nos detenga.