«¿Puedo besarte?». Faltaban dos meses para el estreno mundial de Juno y Elliot Page estaba en su primer bar queer. El calor del verano pesaba a su alrededor mientras miraba a la chica. Y entonces ocurrió. Delante de todo el mundo. Una experiencia incomprensible. Allí estaba él, a punto de descubrirse como una persona queer, como una persona trans. Se aproximaba cada vez más a sus deseos, a sus sueños, a sí mismo, sin la represión con la que había cargado durante tanto tiempo. Pero, para Elliot, dar dos pasos adelante siempre implicaba retroceder otro más.