Con una mezcla de ternura, ironía, melancolía, acidez y sentido del humor, el filósofo relata la historia de su vida, o más bien «lo que el tiempo ha hecho conmigo», como él prefiere describirlo. ¿Escribir tu autobiografía? Pero, ¿no eres demasiado joven? Fernando Savater reconoce que le encanta este reproche, pues significa que todavía le queda algo para lo que no es «demasiado mayo»; aunque ganarse el piropo le haya costado escribir un volumen de memorias. La primera parte de estas memorias se ocupa de su infancia en San Sebastián, la etapa más feliz de su vida, que llega hasta los doce años, cuando su familia se trasladó a Madrid. La segunda recoge sus recuerdos de adolescencia y primera juventud, hasta la muerte de Franco, cuando Savater contaba veintiocho años. La tercera parte abarca hasta hoy mismo, y se centra en su compromiso político, pues «hacer política cuando la democracia está amenazada es precisamente la primera obligación de una conciencia sana». El autor se explaya en sus gustos, sus aficiones y sus preferencias, porque como él dice «estamos unidos a este mundo y a la vida por cuanto aprobamos, no por nuestra capacidad de detestar». Las lecturas de infancia, las carreras de caballos, los filósofos que siempre le acompañan o los lugares y las personas que ama forman parte de esta historia. En esta obra única, cargada de saber y sentimiento, el autor mira los tramos del camino recorrido, consciente de que uno no lo puede contar todo de sí mismo: «no refiero toda la verdad, pero creo que lo que digo es bastante verdadero.» Mario Vargas Llosa dijo...
«Fernando Savater no entiende su vocación, la filosofía, como un ejercicio académico, sino como un esfuerzo intelectual permanente de comprensión de la vida y una búsqueda de soluciones realistas para los problemas con que ella enfrenta, a cada paso, a los seres humanos.»