Relato de aventuras enmarcado en la novela bizantina, son dos los protagonistas de esta obra: los príncipes de origen nórdico Persiles y Sigismunda. Enamorados como están, deciden peregrinar a Roma para contraer matrimonio, y en su viaje, obligados por las circunstancias, se presentan como hermanos: Periandro y Auristela. Atravesarán en su periplo lugares utópicos como Golandia, la isla de Policarpo o la isla de las Ermitas, y serán múltiples los peligros hasta alcanzar su unión definitiva en Roma. Pero tampoco allí estarán a salvo, y lo que prometía ser tierra de promisión se verá sembrada de casos peregrinos que denuncian un mundo en el que nada es lo que parece.
Cervantes deseaba que Los trabajos de Persiles y Sigismunda se convirtieran en su obra maestra. Tal vez eso sea exagerado dentro de su producción, pero lo cierto es que el éxito de la obra fue inmediato tras su publicación, póstuma, en 1617. Y, más de cuatrocientos años después, los lectores de hoy siguen adentrándose y disfrutando del mar de aventuras que Cervantes quiso convertir en su testamento literario.