¿Cómo piensan las niñas y los niños? «Igual que nosotros, pero en pequeño», podría afirmar ingenuamente un adulto; pero no es así. La forma de pensar de los niños y niñas es diferente y misteriosa. Diferente porque diferentes son sus intereses, sus opiniones, sus preocupaciones con respecto al mundo de los adultos. Misteriosa porque es difícil de entender. Los niños y niñas a menudo dicen una cosa para comunicar otra; o no dicen exactamente lo que piensan, ya que podría acarrearles problemas con nosotros, los adultos.
Un niño de cinco años dijo: "Si los adultos no escuchan a los niños, tendrán serios problemas"; otro de nueve años: "Hay demasiados estacionamientos en mi ciudad y los niños no tienen un lugar para jugar. Propongo ir a medias: la mitad del espacio para los coches y la mitad para los niños". Un niño de seis años dijo: "Mamá, quiero ir a la escuela un día a la semana porque ya es suficiente para aprender lo que me enseñan, y los demás días los necesito para jugar"; y un compañero de mi hijo, al final de las clases matinales se levantó y dijo: "¡Me robaron cinco horas de vida!".
Pero, por lo general, los niños no dicen estas cosas, porque no es conveniente decirlas. Los niños están acostumbrados a comportarse como hijos o alumnos y a tratar de demostrar a los padres y profesores que están creciendo o están aprendiendo, que significa renunciar a pensamientos y actitudes infantiles para asumir pensamientos y actitudes adultas. Por lo tanto es probable que los adultos, de buena fe, crean que los niños están de acuerdo con ellos, que realmente están dispuestos a ir todos los días al mismo jardín para hamacarse o bajar por el tobogán; que están dispuestos a dedicar muchas horas a las clases de danza, fútbol, piano; que realmente quieren recibir todos los regalos que sugiere la publicidad o pasar todas esas horas delante de una pantalla. En el siglo de la infancia de los niños se han vuelto transparentes, invisibles y, si pueden, prefieren permanecer ocultos.
Desde hace 50 años Frato busca la forma de representar lo que piensan niños y niñas, haciéndolo visible en sus personajes, en sus viñetas.
Este libro no pretende desvelar lo que piensan, pero se basa en ello y, por este motivo, cada capítulo se abre con una cita de una niña o un niño. Simplemente como ejemplo, como un estímulo para los lectores adultos a que escuchen a sus hijos, nietos o alumnos y para que los pequeños lectores se animen a dejar de lado el miedo a expresar lo que piensan, aunque resulte extraño, diferente, provocador. Un libro que quiere ser útil a padres y maestros, a funcionarios y administradores, a policías, a abuelos y, por supuesto a niñas y niños.
Este libro recoge los dibujos producidos y publicados en varias revistas italianas, españolas y de otros países en este segundo milenio, desde el año 2000 hasta la actualidad. Como siempre, su intención es hacer un seguimiento de los temas que nos preocupan, las tendencias que seguimos y las contradicciones en las que caemos, tal como se manifiestan en nuestros días; pero asimismo hablan de otros ámbitos que afectan a niños y niñas y que, en cambio, permanecen inmutables en el tiempo, como la escuela, los deberes, los temores de los padres.
